Por: Fabiola Delgadillo
Conoce la historia de Gabriela Acarapi, gerente general de Industrias Metalúrgica CARAP Bolivia (MCB), quien desafió barreras para convertir desechos de aluminio en productos sostenibles. Conoce su viaje desde una infancia llena de desafíos hasta la creación de una empresa de triple impacto, apoyada por el Instituto de la Mujer y Empresa (IME). Explora su diversa línea de productos ecoamigables y cómo MCB está cambiando el paradigma del reciclaje de Bolivia.
La socia IME que les presentamos en esta oportunidad es ejemplo de esfuerzo, perseverancia y disciplina. Gabriela Acarapi es Gerente general de Industrias Metalúrgica CARAP Bolivia (MCB).
Una niñez llena de ideas e imaginación
La historia de su vida es un constante viaje de autosuperación, rebeldía, y búsqueda continua de nuevas oportunidades. Creció en una pequeña comunidad rural del Departamento de La Paz donde tuvo que superar varios desafíos, como asistir a escuelas en lugares lejanos, la falta de acceso a servicios básicos y escasos recursos económicos. Aun así, su curiosidad innata y el apoyo de sus padres le permitió vencer algunas de estas limitaciones con mucho ingenio y creatividad.
Siempre estaba al lado de mi papá en las actividades que él estaba realizando, con él he aprendido que el esfuerzo tiene buenas recompensas. (Gabriela Acarapi)
De niña solía desarmar la radio de su padre para aprender su funcionamiento, además de fabricar sus propios juguetes hechos de cartón, de lata o madera.
“Yo de niña me fabricaba mi propio horno para hacer mis galletas de quínoa, además de mis juguetes” (Gabriela Acarapi)
Así fue forjando su carácter fuerte y contestario.
Durante la etapa escolar destacó por sus calificaciones permitiéndole ganar una beca en el Colegio Militar, sin embargo, un año después la beca fue cancelada, esto la obligó a buscar nuevas oportunidades. Posteriormente, ingresó al Tecnológico Industrial de la ciudad de El Alto, el cual fue el ingreso al mundo que desde niña la maravilló, el de las máquinas. Durante algunos años estuvo trabajando en varias empresas de renombre que le ayudó a mejorar sus conocimientos en diferentes industrias.
COVID-19 y tiempos de cambio
Gabriela junto a su esposo Iván Carhuani tuvieron una hija, consolidando una linda familia, sin embargo, la rutina y la distancia de sus trabajos les impedía disfrutar más tiempo juntos. Iván de profesión metalúrgico debía trasladarse constantemente a las minas y Gabriela por sus horarios de trabajo pasaba mucho tiempo fuera. Es así que el año 2019 decidieron generar ingresos económicos juntos para mantener su familia unida. Tuvieron que enfrentar muchos obstáculos como los conflictos políticos del 2019, y la llegada del COVID-19, además la falta de dinero y préstamos, no obstante, fue esto que los motivó a viajar a provincia y hacer su primera campaña de recolección de las latas de aluminio.
Empresa de triple impacto
Según el Diagnóstico de Gestión de Residuos Sólidos en Bolivia (2011) el 90,8% de los municipios de nuestro país disponen sus residuos a cielo abierto [1], sin embargo, gran parte de estos ni siquiera llegan a estos espacios por lo que la población los gestiona quemándolos, enterrándolos o echándolos a lugares cercanos. A pesar de la gran variedad de residuos que pudieran reutilizarse, fueron los de aluminio (latas de cervezas, bebidas instantáneas, sardinas, ollas viejas, etc.) que llamaron la atención a Gabriela y su esposo por encontrarse desparramados en todo el trayecto de la carretera El Alto – Desaguadero y el impacto negativo que ocasiona tanto en la fauna como en la flora.
Cuando empezamos a recolectar los envases de aluminio nos dimos cuenta que había bastante en cada lugar causando contaminación especialmente en cuerpos de agua. – (Gabriela Acarapi)
Algunas personas no tienen conocimiento que eso se puede volver a reutilizar o reciclar, transformar en nuevos productos, lo ven como basura y piensan que la solución es quemarlo o desecharlo a la intemperie.
Fue así que decidieron usar este material para la elaboración de sus productos. Y el año 2020 formaron la Empresa Metalúrgica CARAP Bolivia.
Carretilla en mano recorrieron por todo el trayecto mencionado e hicieron su primera compra, 10 kilos de aluminio, la cantidad más grande que habían comprado hasta el momento. Ella y su esposo durante varios meses hicieron este recorrido acopiando un kilo y medio por kilómetro de este material. Posteriormente, implementaron varias estrategias para obtenerlo, como ser, comprarlo a recolectoras por lo general de la tercera edad o madres autónomas y realizar campañas de recolección cada fin de mes.
Nuestro objetivo es concretar alianzas con más proveedoras de este material, porque sabemos que hay muchas mujeres que recolectan y reciclan estas latas, también hay acopiadores y nuestros recursos salen al exterior de nuestro país y regresan como productos.
Desde la creación de la empresa hasta el año 2023 lograron recuperar y reusar más de 9,100 kilos de aluminio.
Diversificación de productos:
Al inicio se especializaron en productos ornamentales de aluminio. Sin embargo, se dieron cuenta que el mercado les solicitaba otros productos más, así fueron diversificando y experimentando.
Actualmente cuentan con seis líneas de productos:
Jaladores de puerta colonial
Jaladores de puerta minimalista,
Sumideros de cuartos de duchas
Números
Línea de adornos ornamentales
Tocadores de puerta.
Todas las líneas de productos son de la Marca EVOLUZION Línea Sólida marca registrada, que se caracteriza por ser ECOFRIENDLY, estéticos y principalmente durables.
Actualmente gestionan 500 kilos de aluminio al mes entre los diferentes productos terminados. Además, realizan envíos a todos los departamentos y desde hace poco también al Perú.
Apoyo del IME y su consolidación
El emprendimiento recibió apoyo de varias instituciones previamente, sin embargo, desde el acompañamiento del Instituto de la Mujer y Empresa (IME) consolidaron su imagen y su networking.
“IME me ha ayudado con las membresías anuales gracias a ello pude acceder a las mentorías personalizadas y aparte, agradezco mucho a Xiomara Zambrana a Verónica Agreda por la confianza y el apoyo, también gracias al IME he podido tener un enganche para postularme a Impulsamos Bolivia, y postular a un capital semilla. Además, he ido creciendo en conocimiento. Y con Laura Severich he aprendido mucho de sostenibilidad.
¿Quieres conocer más de sus productos? ¿Y saber más de su historia? Te sugerimos visites su fan page, además de los videos de entrevistas y recientemente la charla TEDx que hizo en la UNIFRANZ.
Contacto: 74900128
Artículos relacionados: https://bit.ly/MCBarGA
[1] De los sitios de disposición final sólo el 3,1% son rellenos sanitarios, el 6,1% son botaderos controlados y el 90,8% son botaderos a cielo abierto, de los cuales cerca del 30% se encuentran próximos a cuerpos de agua que son utilizadas para consumo humano y riego (MMAyA, 2011).
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